El gazpacho es una sopa fría típica de la gastronomía española, especialmente de las regiones de Andalucía y Extremadura y hoy les contaremos más sobre la historia del gazpacho. Su origen se remonta a la época romana, cuando los soldados preparaban una mezcla de pan, aceite y vinagre que se mezclaba con agua para refrescarse en los calurosos días de verano.
En la Edad Media, la receta del gazpacho se enriqueció con la incorporación de hortalizas como el tomate, el pepino y el pimiento. Además, se empezó a utilizar una técnica llamada «majado», que consistía en machacar los ingredientes en un mortero para que se integraran mejor.
Hoy en día, es un plato muy popular en todo el mundo, gracias a su sabor fresco y su fácil preparación. Existen muchas variantes, desde el gazpacho andaluz tradicional hasta versiones más creativas con ingredientes como el aguacate, el melón o el mango.
Para preparar un gazpacho básico, se necesitan tomates maduros, pepino, pimiento verde, cebolla, ajo, aceite de oliva, vinagre y sal. Se mezclan todos los ingredientes en un recipiente y se trituran hasta conseguir una textura suave. Después se enfría en la nevera durante al menos una hora antes de servir.
El gazpacho es ideal como entrante o como plato único en los días de calor. Además, es muy saludable, ya que contiene una gran cantidad de vitaminas y minerales. ¡No dudes en probarlo!