Los tacos al pastor son uno de los platillos callejeros favoritos de los chilangos y, sus primas monchosas con queso y tortilla de harina, llamadas gringas no se quedan atrás. Hoy les contaremos cómo y dónde se inventó esta joya culinaria que disfrutan chicos y grandes.
Cuenta la leyenda que a finales de la década de los 60’s una gran comunidad de estudiantes extranjeros se estableció en la colonia Anzures, aprovechando casas antiguas que habían sido adaptadas como residencias. Esto le dio un impulso importante a los comercios económicos de la zona y es en una pequeña taquería, llamada el Fogoncito, donde comienza nuestra historia.
Resulta que un par de estudiantes estadounidenses, llamadas Jennifer Smith y Sharon Smith, eran clientes frecuentes del local, pero no se comían las tortillas por miedo a que el maíz les dejara los dientes amarillos. Esto cambió un día que vieron que a la orilla de la plancha tenían varias tortillas de harina apiladas, al preguntarle a los taqueros porque estaban ahí, les explicaron que eran quesadillas que iban preparando y las guardaban para solamente calentarlas cuando la taquería estaba llena. Ellas pidieron que les dieran sus tacos en esas tortillas y, como todas tenían queso, entonces solamente le agregaron la carne al pastor.
Cada que visitaban el Fogoncito pedían sus tacos de la misma manera, con tortilla de harina y queso, de tal forma que el resto de los comensales empezaron a pedir sus tacos «a la gringa» o «como las gringas», dando origen al nombre que se sigue utilizando hasta la fecha.
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