El pan francés, también conocido como «pain perdu» o «pan perdido», es un platillo clásico de la cocina francesa que se ha convertido en una delicia popular en todo el mundo. Se trata de un pan cortado en rebanadas gruesas, remojado en una mezcla de huevo y leche, y luego dorado en la sartén hasta que esté crujiente por fuera y suave por dentro.
Para hacer pan francés en casa, necesitarás algunos ingredientes básicos que probablemente ya tengas en tu cocina: pan de molde, huevos, leche, mantequilla y azúcar. Además, puedes agregar ingredientes adicionales como canela, vainilla o ralladura de naranja para darle un toque extra de sabor.
Comienza cortando el pan en rebanadas gruesas y mezcla los huevos, la leche y el azúcar en un tazón. Añade tus ingredientes opcionales si lo deseas. Remoja cada rebanada de pan en la mezcla de huevo y leche hasta que esté bien empapada.
Calienta una sartén a fuego medio y agrega la mantequilla para derretirla. Agrega las rebanadas de pan remojadas y cocina durante unos minutos por cada lado hasta que estén doradas y crujientes por fuera.
Una vez que hayas dorado todas las rebanadas de pan, sirve el pan francés caliente con tus ingredientes favoritos como miel, jarabe de arce, frutas frescas, mermelada o crema batida.
Si quieres un pan francés aún más elegante, puedes hornearlo en lugar de cocinarlo en la sartén. Simplemente coloca las rebanadas de pan empapadas en un molde para hornear y hornea a 180°C durante unos 20 minutos o hasta que estén doradas y crujientes.
Con esta receta fácil y deliciosa, podrás preparar un pan francés perfecto en casa y sorprender a tus invitados con un desayuno o brunch digno de un café parisino. ¡Disfruta!