La crema de leche es un producto lácteo que se obtiene al separar la grasa de la leche entera. Esta grasa se recoge en la superficie de la leche y se retira con una espátula para posteriormente ser sometida a un proceso de pasteurización y homogeneización. Se trata de un ingrediente muy utilizado en la cocina, ya sea para añadir a salsas, postres, sopas o para montar nata.
Existen varios tipos en función de su contenido graso. La más común es la crema de leche para montar, que tiene un contenido graso de entre el 35% y el 40%, lo que permite que se pueda batir para conseguir una consistencia cremosa y firme. También existe la variante para cocinar, que tiene un contenido graso menor, alrededor del 18% al 20%, y se utiliza para añadir a salsas y guisos.
La crema de leche se utiliza en una gran variedad de recetas. Es un ingrediente fundamental en la preparación de postres como natillas, flanes, tartas y helados, ya que aporta textura y sabor. También se utiliza para elaborar salsas, tanto dulces como saladas, y en la preparación de sopas y guisos, ya que añade cremosidad y un sabor suave.
Para prepararla en casa se necesita leche entera y limón o vinagre. Se calienta la leche en una olla y, cuando comienza a hervir, se agrega lentamente el limón o vinagre mientras se remueve suavemente. La leche se cortará en pequeños grumos y se separará el suero de la crema. A continuación, se filtra la mezcla a través de una gasa o paño para separar la crema del suero. La crema obtenida tendrá un contenido graso menor al de la crema de leche comercial, pero se puede utilizar en las mismas preparaciones.
En conclusión, es un ingrediente muy versátil en la cocina que se utiliza para añadir sabor y textura a una gran variedad de recetas. Con un contenido graso alto, es ideal para montar nata y darle cuerpo a postres, mientras que la crema de leche para cocinar es perfecta para añadir a salsas y guisos. Además, es posible hacer crema de leche casera con leche entera y limón o vinagre.